Mediterráneamente: en busca de las pequeñas cosas.
Mediterráneamente: en busca de las pequeñas cosas.
Febrero, la calma reina en el Mediterráneo y un grupo de Chefs con diferentes estrellas michelín de diferentes partes del mundo aterriza en la isla con un único objetivo: encontrar el ingrediente perfecto. Por lo que nos pusimos manos a la obra y les preparamos una aventura muy especial donde pudieron conocer y experimentar de primera mano nuestra cultura local, tradiciones y auténtica forma de vivir.
Para ello, contactamos con pescadores locales, que a pesar de estar poco acostumbrados a este tipo de cosas, decidieron participar y formar parte de esta enriquecedora convivencia.
Decidimos que se alojarían en un escondite rural único, con un ambiente inigualable que les haría sentir como en casa, ubicado en Santanyí, un pueblecito situado al sureste de la isla, con unos 48 km de costa y auténtico ambiente mallorquín.
Para la primera noche, tuvimos en cuenta que muchos de los participantes estarían agotados, por lo que decidimos aprovechar las increíbles instalaciones del hotel y preparar allí la cena. El concepto de cocina abierta permitió que Chefs de nuestras isla fueran cocinando nuestros productos locales mientras interactuaban con el resto de participantes. ¡Un sinfín de recetas y consejos fueron compartidos esa noche!
Al día siguiente, bien temprano sonó el despertador, pues es sabido que ¡si uno quiere pescar ha de madrugar! Pero antes de que diera comienzo la aventura, un increíble desayuno les estaba esperando.
Nos dirigimos hacia Cala Figuera, un pequeñito pueblo de pescadores donde sus casitas blancas de portones verdes y los conocidos llaüts (embarcaciones típicas de nuestra isla) lo convierten en un enclave único. Diferentes llaüts junto a sus pescadores esperaban a nuestros Chefs para adentrarse en la aventura. Durante unas cinco horas salieron a pescar, compartieron experiencias a bordo y una increíble merienda donde destacó el pa amb oli y la sobrasada. A su llegada a puerto, las puertas de nuestra casa estaban abiertas para recibirlos. Chefs y pescadores prepararon un delicioso plato, en el que el pescado obtenido fue sin duda la estrella.
Después de comer, regresamos al hotel, donde una bañera con agua caliente les estaba esperando.
La cena de la segunda noche se llevó a cabo en un antiguo poblado de pescadores que data del siglo XVI reconvertido en agroturismo. Actualmente las casitas mantienen toda su esencia pesquera y un estilo rústico adaptado a las necesidades del siglo XXI. Decidimos que cada casita tendría una temática de comida mediterránea acompañada por uno de los pescadores, encargado de explicarles en que consistía el manjar. Así conseguimos mantener el factor sorpresa durante toda la velada, pues los Chefs se iban moviendo libremente de casita en casita, pudiendo probar diferentes productos de la isla y compartir momentos únicos con cada uno de los pescadores.
Barriga llena, corazón contento
Amanece y la experiencia está a punto de llegar a su fin… Pero, si bien es sabido que nuestra isla destaca por sus casi 300 días de sol al año, Febrero quiso hacerle honor y despedirse de ellos por todo lo alto: un delicioso desayuno al más puro estilo mediterráneo en el jardín del hotel les estaba esperando. Cantos de pájaros, rayos de sol, comida local… El broche de oro antes de regresar a casa.
Este evento fue diseñado para una conocida marca de Champagne Francés donde el objetivo principal era invitar a sus embajadores, en este caso Chefs con diferentes estrellas michelín, a vivir una experiencia única en las islas Baleares y rodar un video promocional.
Mediterráneamente: en busca de las pequeñas cosas.
