Al día siguiente después de un energético desayuno, los participantes descubrieron que una gran variedad de actividades les aguardaba para poder hallar los mejores lugares de la isla.

Los más aventureros optaron por un jeep tour, que incluía paradas estratégicas: una antigua ermita con espectaculares vistas sobre el Pla de Mallorca, acompañada de una degustación de quesos típicos de las islas, una parada en el mercado semanal para pasear entre sus puestos y tomar un refresco al sol, otra parada en una finca donde producen cereales y sobrasada…

Durante la actividad el grupo debía ir consiguiendo pistas para finalmente poder rellenar un cuestionario y alzarse con la victoria.

Los amantes del mar, disfrutaron de un paseo a bordo de un catamarán y pudieron parar para darse un baño y practicar snorkel mientras la tripulación preparaba una deliciosa barbacoa.

Otros participantes optaron por hacer una ruta en bici por la costa y disfrutar de un picnic bajo la sombra de un precioso pinar.

Mientras tanto, todo el equipo seguía trabajando y por la noche les sorprendimos con una espectacular cena de gala en una antigua posesión mallorquina.

Durante el cóctel, los típicos “dimonis”, bailaron con nuestros participantes y les enseñaron un trocito de nuestra cultura y fiesta más tradicional.

La cena fue amenizada con una banda y después… siguió la fiesta hasta altas horas de la madrugada.